lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en la de cosas que pueden cambiar en un minuto? Cuanto más en un fin de semana. Han sido dos días de descanso, de risas seguidas de pequeños disgustos. Días de encuentro, de aprovehar los últimos rayos de sol sentados en un círculo de sillas. De broncas, de estragos, de alcohol y posteriores arrepentimientos. Todo ello sin olvidarse de los comentarios y posteriores puntillas del día siguiente (qué razón tenía quien dijo que los domingos están destinados a la reflexión). Porque, como dice Marytere: "¿Pero por qué hago yo tantas tonterías?"

Aquí os dejo algunas fotos del sábado. Las del domingo son capítulo a-parte. 

2 comentarios:

  1. Cuánta rabia me da haberme perdido todo esto... Y que las fiestas hayan tenido su toque amargo.
    Te echo de menos.

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  2. Sabes que sin tí, no fue lo mismo, ¿verdad?

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