Licordepiruleta

Los 22 es la edad de los patitos. Desde que iba a infantil he pensado que, si ya sería precioso tener uno, imagínaros dos. Dos patitos, como dos cisnes. Algo mágico. Y no, el día no comenzó ni mucho menos como lo esperaba. Pero dicen que lo importante no es cómo empiezas sino cómo terminas, por lo que ahí estaba él. Sí, el de siempre, para darle la vuelta a una tarde de encierro hogareño. Una pequeña sorpresita. Reconozco que no podía haber sido mejor. Todo a nuestra manera. Tú me ofrece un pastel y yo te enseño quién es Mikel Herzog. Tú me tocas el cumpleaños feliz al piano y yo abro regalos. No sé, puede que, finalmente, los 22 separezcan mucho a los 2 o a las 12. Aún me quedan 364 días más para descubrirlo.

A vosotros, feliz no cumpleaños, porque todos los días pueden ser celebraciones.