Que sí, que hoy nos hemos graduado. Hoy hemos intentado no soltar la lágrima y dejarla escondida en los bolsillos de las chaquetas que finalmente tuvimos que utilizar. En un bolso-sin-fondo, de esos en los que resulta imposible tratar de sacar un recuerdo sin que acudan el resto en cadena. De la manito. Con firmeza y rigor: como buenos periodistas.
Hoy hemos tenidos sorpresas varias: el discurso de un padrino que se movía entre la gracia gentil y los dulces consejos de un padre que achucha a su hijo y lo impulsa a emprender nuevos RETOS en su vida. Los vídeos que-no-funcionan. Las fotos oficiales. Los profesores que confiesan que somos un curso especial. Los "te echaré de menos". Las visitas inesperadas. Las dudas y los cambios de planes a corto plazo. Los "nos volveremos a ver" y "ha sido un placer conoceros". Me refiero a conoceros a vosotros. A vosotros y a esta universidad de la que tanto nos hemos quejado pero que no hemos tenido el valor ni el coraje de abandonar. Porque ha sido y será el lugar en el que depositamos nuestros sueños y en los que han crecido nuestras ansias de "contar historias".
Comienza una nueva historia. Pero ésta quedará para la posterioridad.
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